
Lesiones y armas tumberas: la investigación judicial que involucra al delegado de Lago Moreno
El delegado municipal fue imputado por una agresión armada. La víctima también está denunciada por abuso. El caso se investiga en dos causas paralelas.
El delegado municipal de Lago Moreno, Víctor Mauricio “Mauro” Hernández, fue imputado este martes por el delito de lesiones leves agravadas por el uso de arma de fuego, en el marco de una investigación penal que expone una trama de violencia cruzada, armas caseras y una denuncia por abuso sexual. La audiencia de formulación de cargos estuvo a cargo del fiscal Marcos Sosa Lukman, quien explicó que la causa se encuentra en una fase inicial y se desarrolla en dos líneas paralelas.
Todo comenzó a partir de una denuncia por un presunto delito contra la integridad sexual —tipificado en el artículo 119 del Código Penal—, que tuvo como consecuencia una agresión violenta donde resultó herido Walter Simón Peña, quien, a su vez, es el acusado en la denuncia original por abuso.
Ante la superposición de hechos y la diferencia en los tipos penales, el fiscal decidió desdoblar la investigación: una causa avanza por el presunto abuso y otra, de forma separada, por la agresión armada sufrida por Peña. “Tuvimos que generar dos legajos, ya que la colección de indicios es totalmente distinta en cada caso”, explicó Sosa Lukman en una rueda de prensa.
En cuanto al ataque a Peña, se calificó el hecho como lesiones leves en riña agravadas por el uso de arma de fuego, pero el fiscal aclaró que la calificación es provisoria: “La investigación está en sus albores. Esto ocurrió hace escasas horas. No se ha logrado determinar quién fue quien efectuó el disparo”.
Uno de los puntos críticos en la audiencia fue la dificultad para asignar roles concretos a los acusados, tanto a Mauro Hernández como a su hermano, Braian Gabriel Hernández, también imputado. “Necesitamos terminar de verificar los indicios objetivos colectados, como las filmaciones, para intentar determinar el rol de cada sujeto involucrado y así poder asignarlo a los traídos a proceso”, explicó el fiscal. “Hoy por hoy, como no tenemos esos roles claramente definidos, se les imputa la lesión”, agregó.
Durante los allanamientos realizados en el marco de la investigación, se encontraron armas de fabricación casera —tumberas— en el domicilio de los hermanos Hernández. Sin embargo, el tipo de lesión que presenta la víctima no coincide con las características de esas armas. “Las tumberas suelen disparar perdigones, generando una rosa de flagración distinta. En este caso, las lesiones de la víctima son más compatibles con un arma de calibre más chico”, sostuvo Sosa Lukman.
A pesar de esta incompatibilidad aparente, el Ministerio Público Fiscal ordenó pericias específicas para determinar el calibre exacto de las armas secuestradas y verificar su aptitud de disparo. “Son elementos que se ensamblan para generar la percusión de la bala. Aun cuando en principio no coincidan con la lesión, hay que analizarlas con rigor técnico”, remarcó el fiscal.
La investigación continúa con peritajes forenses, revisión de imágenes fílmicas y otras medidas probatorias que buscan esclarecer no sólo quién disparó, sino también cómo se relacionan estos hechos con la denuncia de abuso previa.
Por ahora, tanto Mauro como Braian Hernández permanecen imputados aunque recuperaron su libertad. Peña, en tanto, además de ser la víctima del disparo, enfrenta una denuncia por presunto abuso sexual, lo que le da a este caso una complejidad inusual incluso para los estándares de la justicia penal local.
El hecho
El hecho que se le atribuye a los hermanos Hernández ocurrió el pasado 20 de julio entre las 9 y las 10 horas en el interior y exterior de su vivienda particular en Otto Goedecke y Brown.
Según el fiscal, “en convergencia intencional y acuerdo de voluntades para agredir” los Hernández agredieron físicamente a Peña mediante la utilización de un arma de fuego y mediante golpes y patadas en el cuerpo de la víctima. Pero no actuaron solos. A ellos se sumó otro hombre y varias mujeres no identificadas.
Producto de dicha agresión, Peña sufrió tres heridas de arma de fuego, dos de ellas con orificio de entrada y una tercera herida con entrada y salida. “Ninguna lesión fue vascular ni ósea”, explicó el fiscal. El parte médico constató hematomas y una herida contuso cortante en el rostro de Peña.