Medicamentos retirados por ANMAT: cómo afectó a los hospitales públicos en Río Negro
Tras la alerta de ANMAT, Río Negro retiró medicamentos contaminados como el fentanilo. La crisis dejó a los hospitales bajo presión en medio de faltantes y urgencias.
Una alerta epidemiológica nacional volvió a poner bajo presión al sistema de salud de Río Negro. En las últimas semanas, el Ministerio de Salud provincial debió retirar de urgencia todos los medicamentos de uso hospitalario producidos por el laboratorio HLB Pharma, luego de que la ANMAT detectara desvíos en los estándares de calidad y posibles casos de contaminación, principalmente en partidas de fentanilo, un potente analgésico usado en anestesia y pacientes con dolores crónicos avanzados.
El ministro de Salud de Río Negro, Demetrio Thalasselis, confirmó en diálogo con Radio Con Vos Patagonia que el retiro se realizó en tiempo récord y que la sustitución de los fármacos ya está en marcha, pero admitió que el operativo “fue complejo” y generó “déficits parciales en los stocks hospitalarios”.
“Se retiraron todos los stocks de estos productos medicinales y se los reservó para que no puedan alcanzar el tratamiento de ningún paciente”, explicó.
La situación encendió alarmas no solo por el riesgo sanitario —evitado a tiempo—, sino también por la fragilidad que quedó expuesta en la logística médica, en un contexto donde varios hospitales ya funcionan con dotaciones reducidas y con médicos y enfermeros que se multiplican para cubrir lo urgente.
Fentanilo contaminado: el riesgo latente
El fentanilo, al igual que el omeprazol también afectado por la medida, es una medicación de uso crítico y controlado, que requiere trazabilidad farmacéutica en cada ampolla, desde su origen hasta su aplicación. Su ausencia puede alterar la planificación quirúrgica o complicar la atención en unidades de terapia intensiva.
La red hospitalaria pública de Río Negro, que incluye 36 establecimientos, depende de un sistema mixto de compras centralizadas y adquisiciones locales. Según explicó el ministro, el retiro fue ejecutado en coordinación con las direcciones de cada hospital, con apoyo técnico y logístico para garantizar el cumplimiento de la normativa.
“Cada una de estas ampollas lleva un certificado farmacéutico y permanece bajo llave. Existe un mercado ilegal de homólogos que también representa un riesgo”, advirtió Thalasselis.
Bariloche en foco: faltan enfermeros y el costo de vida pesa
El episodio coincidió con otra urgencia en Bariloche: el faltante de personal de enfermería en el Hospital Zonal, en pleno proceso de traslado al nuevo edificio. El propio ministro reconoció que hay un déficit de al menos 20 enfermeros, una cifra significativa para un hospital de alta demanda.
“Estamos en proceso de incorporación. Esperamos llegar a septiembre con la planta baja del hospital completamente operativa”, aseguró. Esa primera etapa incluye guardia, emergencias, consultorios y diagnóstico por imágenes. Luego vendrán los pisos superiores, con internación y quirófanos.
Si bien Thalasselis defendió la competitividad salarial de la provincia respecto al resto de la región, admitió que en Bariloche el alto costo de vida, especialmente en alquileres, impacta con fuerza sobre los trabajadores de la salud.
Consultado sobre el estado general del sistema, Thalasselis fue cauto pero realista: “Es un desafío importante. Nuestro trabajo es llevar una salud próxima, de calidad y con prevención”. Habló de mejoras silenciosas en infraestructura, gestión de medicamentos y programas de salud escolar, pero también marcó dos focos emergentes: la violencia y los consumos problemáticos, sobre los que el ministerio diseña nuevas guías de abordaje.
